El aterrador poder de la Naturaleza

Hubo un día, un 27 de agosto de 1883, cuando la Tierra rugió más fuerte que nunca. Se escucharon sonidos tan fuertes como jamás el ser humano había percibido, y tras los sonidos, la destrucción fue tan grande, que aún hoy se recuerda y se estudia. Y lo peor, es que puede repetirse.
        El 27 de agosto de 1883 se produjo un acontecimiento que se considera la mayor explosión natural de toda la historia de la Tierra. Al menos, de la historia conocida. Ese día fatídico explotó el famoso volcán Krakatoa, y por esa explosión murieron 36.000 personas y 300 pueblos quedaron destruidos. Las casas se desplomaron en un radio de 160 kilómetros. El sonido, el más fuerte registrado por el oído humano, se oyó a miles de kilómetros de distancia. Incluso la tierra se sintió temblar hasta en la misma Buenos Aires, a miles de kilómetros de Java. La onda de choque viajó en el aire siete veces alrededor del globo. Muchos días después de la catástrofe, cuerpos y restos de naufragio seguían apareciendo. Una verdadera pesadilla.
        La isla, que luego de la explosión desapareció completamente, estaba situada en el estrecho de la Sonda, entre Java y Sumatra, donde hoy es Indonesia. Tenía un pico central, en ese momento apagado,  de 820 metros de altura, y dos picos más pequeños. Los isleños lo consideraban un volcán inactivo, ya que había hecho erupción hacía dos siglos antes, en 1681, y nada se había vuelto a oír de él. Claro que estamos hablando de una zona que pertenece al temido “Cinturón de Fuego del Pacífico”, donde el movimiento de las placas tectónicas es permanente. Y esta isla estaba en una zona de actividad volcánica incesante.
        El 20 de mayo de ese mismo año, el genio dormido dentro de la montaña comenzó a despertar. Evidentemente, como demuestran los estudios que se han realizado, se estaba acumulando el magma en su columna central, y un tapón en la parte superior mantenía comprimido tanto ese magma como los gases que se producían, fruto (hoy se sabe) de la mezcla de dos tipos de magma diferentes. Recordemos que el magma es la piedra fundida, junto con metales, que está moviéndose continuamente por debajo de las placas tectónicas que constituyen la superficie de  nuestro planeta. Pero esa compresión estaba a punto de estallar.
        A principios del día 26 de agosto, una explosión ensordecedora sacudió la isla. El cono central emitió una columna de densa ceniza y humo que alcanzó la altura de 27 kilómetros. A la mañana siguiente, muchos isleños se habían hecho a la mar. Un inglés que recorría el lugar, y que tuvo la fortuna de escapar con vida, recordó a las multitudes de nativos incapaces de salir de allí: “Los pobres nativos, pensando que era el fin del mundo, se reunieron como un rebaño y vivieron escenas realmente catastróficas entre desesperados gritos”.  Podemos comprender el terrible momento que sintieran todos esos habitantes originarios, cautivos de una isla de la que no podrían escapar. El genio de la montaña, una vez despierto, se iba a cobrar muchas vidas. El mar, según cuentan los que escaparon, no se podía tocar con la mano: simplemente, hervía.
        A las diez de la mañana del 27 de agosto, una explosión espantosa desgarró toda la isla: dos tercios de Krakatoa dejaron de existir. Más de 19 kilómetros cúbicos de rocas se pulverizaron y fueron lanzadas al aire. Polvo y piedras fueron catapultados hacia arriba hasta 55 kilómetros, pasando la estratósfera. En las islas cercanas, fue tal el estruendo, que muchos creyeron que se trataba de una batalla naval. Pero aún no había llegado el tsunami.
        Una ola de más de 30 metros de altura estaba por llegar. Una ola que se acercaba a 1.120 kilómetros por hora, casi la rapidez del sonido. Un holandés llamado De Vries, que estaba en la isla de Anjer, a 24 kilómetros de la costa de Java,  vio acercarse la ola como “una enorme masa de agua de la altura de una montaña”. Corrió y corrió y pudo subir a lo alto de un cocotero, donde esperó. La ola enterró la ciudad. De Vries comentó: “Miré alrededor. Una pavorosa visión se ofreció ante mis ojos. Donde se alzaba Anjer no vi nada más que un precipitado torrente espumeante”. 
        El polvo permaneció en la atmósfera durante muchos meses después, creando hermosas puestas de sol y lunas azules. La Naturaleza, como lo viene haciendo desde hace millones de años, siguió impasible su curso, muy lejos de las voluntades humanas: increíble pensar que a tanta destrucción siguió esa maravilla. Tuvieron que transcurrir tres años para que el polvo se asentase por completo.
        Ahora bien, esto no terminó. En 1927 una renovada actividad volcánica en el mismo sitio comenzó a construir otra isla debajo de la superficie del mar, la que en 1952 salió a la superficie. Y sigue creciendo, y es el hijo del genio: Anak Krakatau. La pequeña “hija de Krakatoa”, tal su nombre, sigue creciendo, ya tiene 150 metros de altura y está activa. De tal palo tal astillla.
        El genio de la montaña no está dormido. Sólo espera para regresar.

Lo que dijeron los diarios en Buenos Aires 
        El diario La Nación editado en la ciudad de Buenos Aires refleja lo que sucedió en aquellas lejanas playas. Los documentales sobre el Krakatoa dicen que el movimiento de la tierra se sintió incluso en  la capital de la República Argentina, aunque la crónica del día no lo refleja. En su edición del día 28 de agosto de 1883 (pero puede ser de días posteriores, aunque vimos esa fecha en la microfilmación)  el diario más antiguo de nuestra República y que actualmente se encuentra trabajando, lo refleja así:
La catástrofe de Java
        "Principian a llegar pormenores sobre los desastres ocurridos en Java y en las costas del canal de la Sonda, a consecuencia de la erupción del 27 de Agosto en la isla Krakatoa.
        Millares de víctimas, varias ciudades destruidas, tierras que han desaparecido bajo el mar, la geografía de los importantes estrechos de la Sonda alterada por completo, y la navegación interrumpida, por lo tanto, tales son los efectos producidos por esta conmoción volcánica, la más grande que recordamos. 
        Los despachos detallados de la catástrofe, expedidos de Batavia los días 28, 29, 30 y 31 de Agosto, dicen así:
28 (al medio día) – Un inspector de telégrafos que presidía  la recomposición de la línea de Anger, vio ayer de mañana una ola de inmensa altura, que precipitándose rugiente tierra adentro, invadió el terreno hasta perderse de vista. Su fuerza debía ser terrible, y se cree que Anger haya sido destruida. 
29 (10 mañana) – El cielo está claro. Todas las habitaciones que había en la playa han desaparecido. Inmensas cantidades de aves yacen por tierra tostadas por la lluvia de cenizas. El mar también se encuentra cubierto de pescados, muertos los unos y atontados los otros. La ciudad está cubierta por una capa de ceniza brillante. 
29 (11 mañana) – Anger, Tjiringen y Telekbetong han sido destruidas. 
29 (11.20 mañana) – Todos los faros de los estrechos de la Sonda han desaparecido. 
29 (medio día) – El lugar que ocupaba la altura de Kramatou ha desaparecido bajo el mar, que hoy ocupa aquellos lugares. 
29 (1 tarde) – La geografía de los estrechos de la Sonda ha sufrido grandes alteraciones. La navegación por ellos es sumamente peligrosa. 
29 (2 tarde) – La ciudad de Anger fue totalmente destruida por la gran ola que siguió a la erupción de Krakatoa. Ha habido enormes pérdidas de vidas. Las grandes canteras de Merak han desaparecido por completo con cuanta población había en ellas; sólo un individuo se ha salvado. Ha habido una cantidad enorme de víctimas, tanto entre los europeos como entre los indígenas en el Bautam Septentrional. El buque de guerra Siak, el vapor-correo Wilhelmina, con gran número de barcos y los diques flotantes de Amsterdam y Ousrust se han perdido. 
30 (4 tarde) – Se ha empezado a sacar los cadáveres. En el distrito de Tamara se han enterrado ya 704; en la aldea de Kramat 300, casi todos chinos, y en el distrito de Serag, 40. 
31 (3,30 tarde) – No hay noticias de las costas de Sumatra. La destrucción de Felott-Betong fue anunciada por el capitán del vapor Govenner-General London de Batavia, que se hallaba en el mar a la altura de la erupción, y se marchó a Anger a dar la alarma, pero se encontró con que Anger estaba destruido. El buque tenía sobre cubierta una capa de ceniza de 18 pulgadas de espesor.
En el distrito de Tjiringen se calcula en 10.000 el número de víctimas. El número total de las víctimas se calcula en 30.000. 
31 – El volcán Loegapan ha estallado en cinco volcanes. El ganado no tiene alimento y la población está desesperada. Han surgido 17 islotes. 
El 3 del corriente recibiéronse en París noticias que hacían ascender a 100.000 el número de las víctimas y confirmaban la noticia de que la guarnición holandesa de Anger había desaparecido por completo. 
Anger era ciudad importante. Estaba situada en la costa septentrional de Java, a 78millas de Batavia, y la frecuentaban mucho los barcos, por la riqueza de sus almacenes y ser buen puerto para aprovisionarse". 

Lo que dijeron los diarios del mundo


  El diario barcelonés La Vanguardia del día 10 de junio de 1884, es decir, varios meses después de la erupción, nos lo cuenta así:
Erupciones del Krakatoa
        "Comisionado por su gobierno, M. Verbeek, ingeniero de minas de Batavia, ha escrito una notable Memoria explicando la erupción del Krakatoa en los días 26, 27 y 28 de agosto de 1883.
         Los fenómenos volcánicos se iniciaron el 29 de marzo por la entrada en erupción súbita del Perbaewatan, el pico menos elevado de los tres de la isla. Las erupciones continuaron con intensidad variable, alternadas con intervalos de reposo, hasta el 26 de agosto en que entró también en actividad del monte Danan.
        Este día aumentó mucho la intensidad de las erupciones, alcanzando su máximun a las diez de la mañana siguiente. Fueron después disminuyendo hasta desaparecer por completo el 28 a las seis de la mañana.
        En los días 26 y 27 se oyó casi sin interrupción un ruido sordo, semejante al que produce el trueno lejano. Las explosiones propiamente dichas iban acompañadas de relámpagos breves, comparables a fuertes cañonazos mientras que las detonaciones más violentas eran aún mucho más breves y estruendosas. 
        Krakatoa ocupaba en otro tiempo una extensión de 33,5 kilómetros cuadrados; pero en la actualidad, a causa de sucesivos hundimientos, no mide más que 15 kilómetros cuadrados. Correspondiéndose con la parte de Krakatoa que ha desaparecido , hay ahora un mar profundo, en el cual baja la sonda con frecuencia a 200 metros, y en algunos puntos hasta 300. Los productos de la erupción están constituidos casi en su totalidad por  piedra pómez. Verbeek calcula, del modo más aproximado posible, que la cantidad de materias sólidas arrojadas fue de 13 metros cúbicos. La altura de proyección en las erupciones más violentas del 27 de agosto fue muy considerable. 
        Llama la atención que mientras el ruido causado por las erupciones del mes de mayo se oyó en la dirección NO. y a distancia de 230 y hasta 270 kilómetros, las erupciones de agosto han sobrepujado a cuanto se conocía en el particular. Las detonaciones volcánicas de Krakatoa se oyeron en Ceilan, Birmania, Manila, Nueva-Guinea y costa occidental de la Australia, de suerte que el ruido se percibió a una distancia de 3.333 kilómetros. Aparte de las vibraciones sonoras, se produjeron en el momento de las explosiones ondas aéreas que no se han manifestado por sonidos, pero sin dejar por eso de producir efectos notables. Las erupciones más fuertes fueron en número de cuatro y tuvieron efecto el 27 de agosto. La más violenta de todas fue la explosión de las diez y cinco minutos (tiempo de Batavia). Partió entonces del Krakatoa una onda aérea que, alrededor de este uno como polo, se extendió anularmente por la superficie del globo, cuya circunferencia entera recorrió tres veces y cuarto.
        Por último, las erupciones, que primeramente se habían verificado encima del mar, se hicieron submarinas, probablemente hacia la diez de la mañana del 27 de agosto; estas últimas parecen haber sido precedidas del hundimiento de la parte septentrional de la montaña, hundimiento de una masa que evalúa Verbeek en un kilómetro cúbico, por lo menos. 
        Un último e importante fenómeno a que ha dado origen la erupción, es la producción de enormes olas que, cubriendo las costas bajas del estrecho de la Sonda, destruyeron multitud de campoengs y costaron la vida a más de 35.000 personas. La ola mayor subió en las localidades estudiadas por Verbeek hasta una altura comprendida entre 15 y 35 metros, según los lugares, su distancia al Krakatoa y el escape de la costa, propagándose hasta las mismas costas de Francia. 
        A partir del 28 de agosto no ha dando nuevas señales de vida el volcán; sin embargo, parece que tuvo efecto una ultima erupción submarina hacia el 10 de octubre. Se correspondería con una onda líquida bastante fuerte que llegó a esa de las diez a Zikawaenz, única onda también que se ha observado desde el 23 de agosto de 1883. (por Álvarez Sereize)".       
Se puede consultar en:
http://hemeroteca.lavanguardia.com/edition.html?edition=Ed.%20Tarde&bd=10&bm=06&by=1884&ed=10&em=06&ey=1884

Hay más material sobre este interesante tema
Aquí un excelente documental sobre el Krakatoa y su peligrosa hija, el Anak Krakatau
https://www.youtube.com/watch?v=jN24jbxKeQk
Aquí la famosa película “Krakatoa al Este de Java” 
Youtube nos permite visualizar esta película tan importante para su época (1969) donde se refleja esta enorme tragedia. Está doblada al castellano, así que todos pueden verla y disfrutarla, gratis y en familia!
https://www.youtube.com/watch?v=FNUlMyobjeY
Hay una página especial en facebook, de la Biblioteca Nacional de España, con grabados de época sobre esta tragedia:
https://www.facebook.com/media/set/?set=a.10151678432273402.1073741891.35622383401&type=1

Otras tragedias similares
Video del Tsunami del 26 de diciembre de 2004 en Sri Lanka
https://www.youtube.com/watch?v=B5-tGjbBNZ8
Video del tsunami del Japón 2011
https://www.youtube.com/watch?v=1I2jiYxZdRE

Fuente: "Atlas de lo Extraordinario - Prodigios de la Naturaleza", Volumen I, Ediciones del Prado de Editorial Debate, Título original "The Atlas of Natural Wonders", de Marshall Editions Limitad, año 1988. De la traducción: Ascensión y Mariano Tudela. Dirección Editorial de la serie: Juan María Martínez y Ángel Lucía. Edición castellana perteneciente a la Editorial Debate.
Agradecemos la amable atención de la Biblioteca Prebisch, que nos ha facilitado sus microfilmaciones de los diarios de época. Biblioteca Prebisch, Reconquista 250, Primer Subsuelo, Buenos Aires. mail: biblio@bcra.gov.ar. Muchas gracias.
Imagen de portada: litografía del Krakatoa - Del sitio Wikipedia.
http://es.wikipedia.org/wiki/Volc%C3%A1n_Krakatoa#mediaviewer/File:Krakatoa_eruption_lithograph.jpg
Mapa de la localización del Krakatoa - Del sitio Wikipedia.
http://es.wikipedia.org/wiki/Volc%C3%A1n_Krakatoa#mediaviewer/File:Sunda_strait_map_v3.png

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2 comentarios:

  1. Recibimos este mensaje de la Biblioteca que con tanta amabilidad nos han atendido!
    Bibliotecas BCRA
    13:00 (hace 23 minutos)

    para mí
    Felicitaciones Adriana por la nota! Gracias a vos por tu reconocimiento!
    Nuestra misión es satisfacer a nuestros usuarios, tarea que cumplimos con pasión y mucho placer, los esperamos para ayudarlos en lo que podamos.
    Feliz y exitoso 2015 para vos y tu familia!

    LILIANA M. COVA
    Subgerente de Bibliotecas
    Subgerencia de Bibliotecas
    Banco Central de la República Argentina

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  2. Muchas gracias, señora Cova! Es muy importante para mí su valioso comentario. Desde ya, gracias, y la esperamos junto a la Biblioteca siempre aquí. Gracias! Adriana Sylvia Narvaja.

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