Perros ayudan emocionalmente a niños con cáncer en Ecuador

Las mascotas animan a los niños en el único centro de atención a niños con cáncer del Ecuador.  Su dueña cree que cumple una misión que es “un agradecimiento a la vida”. Los chicos están felices y los perros también. Una propuesta para conocer…
        La noticia no es de hoy, sino de agosto del año pasado, pero bien vale recordarla y difundirla para los que no se enteraron: en el único centro médico de atención a menores con cáncer se permiten las visitas de perros para ayudar a los niños más desanimados que padecen este mal.
        La información, que fuera suministrada por la Agencia Associated Press (AP) y publicada en Quito el pasado 20 de agosto de 2012, nos cuenta que  “todos los miércoles, incluso en Navidad y Año Nuevo, los perros Lancelot y Juci tienen la misión de animar y hacer sonreír a los niños internados en el único centro médico de Quito donde se atienden a menores con cáncer”. Y ¿adónde van estos perritos? “Se dirigen a los cuartos de los niños más desanimados, sobretodo de los que tienen pronósticos fatales”, cuenta la noticia. Van adonde son más requeridos.
Hospital de Solcas, Guayaquil - Diario El Comercio 
        La Agencia AP ha hablado con la dueña de los perros, la señora Verónica Pardo, quien realiza este trabajo voluntario desde el año 2005. "A veces ya no quieren comer, sus mamás no los visitaron, no quieren recibir la medicación, ya no quieren hablar con el doctor", relata  Verónica, dueña de Lancelot y Juci. Ella coloca una manta encima de la cama hospitalaria y sube a los perros, previamente desparasitados y bañados.
        Entonces el pequeño milagro se produce.
Volver a reír 
        "Los niños sonríen, hablan, se inyectan de vida", dice Verónica que usa un mandil rojo y una camiseta de cuadrados que tienen dibujados la cara de un perro dentro de cada uno de ellos, cuenta AP. “Los perros se quedan echados y los niños los acarician, si el perro observa que le toman confianza se levanta y lame a los pequeños. Se construye una relación tan perdurable que sólo la muerte destruye. Así ocurrió con Dana, de siete años, quien le tomó cariño a Lancelot antes de fallecer a inicios de agosto”. Aunque la relación no se destruye, sólo se detiene… por un tiempo. “La partida de Dana, tan reciente, provoca que Lancelot, un cocker americano de 15 meses, todavía se acuerde de ella”, comenta Pardo.
Reina de la Belleza de Quito con niños enfermos
.         "Cuando murió sus padres me dijeron: 'no tienes idea de cómo mi hija se divertía los miércoles'Así que fui al entierro y le dejé una foto con los perros que fue colocada dentro de su cajón blanco a los pies de ella",  le dice Pardo a AP.
        Es por demás interesante saber cómo comienza la historia. En un primer momento, los perritos entraban al jardín del Hospital para jugar con los niños antes de la quimioterapia. Pero entre los años 2005 y 2010, las estadísticas del Hospital arrojaron que los días miércoles, menos niños se hospitalizaban porque sus niveles de adrenalina subían al jugar con los perros. Esta actividad simple, lúdica, llena de amor, les otorgaba mejor resistencia a las quimioterapias.
        Y como el mundo está regido por números, los números de las estadísticas permitieron el SÍ: se autorizó el ingreso de los canes a las camas adonde están los niños.
Estar mejor, estar feliz 
        Conozcamos el caso de Edison, un niño campesino de ocho años. La noticia dice que su cáncer va   disminuyendo. Pues bien, nosotros estamos tan felices como él, a la hora  de la visita de Juci.
Veamos cómo fue ese “amor a primera vista”. "Cuando entró Juci, una Parson Russell Terrier blanca de cinco años, Edison la abrazó fuerte y dijo yo quiero mucho a los perros", relata Pardo. "Él sabe mucho de animalitos porque vive en el campo y los perros lo motivan", añade a AP.
        De allí que Verónica Pardo, de 38 años y madre de dos niños, tenga tantos motivos para sentirse feliz. Ella misma dice que “la misión que cumple junto a sus perros es un agradecimiento a la vida”.
        Y eso que las cosas no fueron fáciles. Ella descubrió que tenía epilepsia hace una década, pero su esposo, Mauricio Dávila, un adiestrador de animales, preparó a uno de sus perros para que le avise a ella diez minutos antes de que se inicien las convulsiones. Ella y Mauricio tienen un centro veterinario. Y, además de Lancelot y Juci, posee otros 16 canes a quienes involucra en la visita a los pequeños pacientes con cáncer.
        Y esta nota bien vale una reflexión, que les transmitimos desde aquí a nuestros lectores, por boca de la señora Pardo: "La vida no es solo para recibir, también es para dar. Yo voy un día a la semana al hospital, los niños con cáncer y sus familias están años lidiando con la enfermedad", concluye.
Porque es haciendo feliz a los demás, que la felicidad del Universo se volcará sobre nosotros. Porque todos los que vienen a este mundo, vienen con una misión: derrotar al sufrimiento, colaborar con los que sufren. Minimizar los riesgos, los dolores, las tragedias. Prevenir los males, y también curarlos. ¡Menuda tarea la del Ser Humano!
        Pero, como decimos siempre desde el programa de radio, a eso venimos. Cada cual pone su granito de arena y al fin… ¡haremos una playa! La señora Pardo ya empezó. Hagamos nosotros también nuestra pequeña parte, que Dios mira todo y ve todo y devuelve con creces la felicidad que producimos, y el sufrimiento que paliamos.
        El Universo, agradecido.
Fundación Sol y Vida para la ayuda a niños con cáncer en el Ecuador
De acuerdo a las estadísticas de la Organización  Mundial  de la Salud (OMS) sobre cáncer en niño, actualmente el 70% de niños con cáncer probablemente podrían curarse por completo, siempre y cuando tengan acceso a la medicina moderna.
A nive! mundial, sin embargo, solamente el 20% de los niños con cáncer tienen este acceso.
El 80% restante de los casos no tendrán esperanza. La razón para ello es la pobreza en estos paises: Ecuador es uno de ellos.
"La ICCCPO (Asociación Internacional de Padres de Niños con Cáncer) considera que cada niño debería tener acceso al mejor tratamiento y a la mejor atención médica posible, independientemente de sus condiciones sociales y económicas, o del origen familiar. De igual forma, los padres afectados deberían tener acceso a información actualizada, a fin de poder tomar la mejor decisión posible sobre el tratamiento de sus hijos." Por ello, nuestro objetivo es aportar para mejorar la situación en el Ecuador y salvar la vida de la mayor cantidad posible de niños.
En muchas regiones del Ecuador no existe la posibilidad de un tratamiento adecuado del cáncer. Frecuentemente muchas familias vienen de todo el pais a Quito, y entonces se encuentran con el diagnóstico de cáncer en sus hijos. Estos niños que ya no tendrían ninguna esperanza, son los niños a los que ayudamos a pagar su tratamiento y luchar contra el cáncer.

Foto: En el Hospital de Solca, en Guayaquil. Johana Valles y su hija, Michelle Vallejo, durante el homenaje por el Día del niño con Cáncer. Enrique Pesantes / EL COMERCIO http://www.elcomercio.com/sociedad/cancer-Ecuador-cancer_infantil-ia_Internacional_del_Cancer_Infantil_0_866313564.html.
Fuente: FUNDACIÓN SOL Y VIDA –Ayuda a los niños con cáncer del Ecuador.
http://www.solyvida.info/Spanisch/indexspan.html
www.solyvida.info
solyvida@web.de
Foto de inicio - niña paseando con perrito - Cortesía del blog Soplo de Vida, destinado al proteccionismo de animales en situación de carencia.
http://soplodevidablog.blogspot.com.ar/2010/11/soy-un-buen-dueno.html

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