Sueño de una noche de poesía

Se presentó en la Casa Doña Rosa el unipersonal de Hugo Ponce, “A Galopar”, con el lema “Un viaje al Siglo de Oro y a la República Española”. Dos palabras nos bastarán para describir este espectáculo: una joya. Arte poético, canto y actuación, en un viaje por los siglos que conmueve y llena el espíritu. Que se repita. 
  Soñemos. Soñemos viajar muchos siglos atrás, caminar por los senderos de los pueblos de España antigua, la España profunda, la de caballeros, damas y juglares. Soñemos que llegamos a una posada, pedimos refugio allí, y luego de comer algo y acompañar esa comida con un buen vino, oímos entonar poemas y canciones. Cerremos bien los ojos para escuchar.
  Pero aún soñamos más. Soñemos con tabernas, caballos, y más caminos. Con fiestas donde el vino abunda, y los manjares están sobre la mesa. Donde los caballeros beben y las damas acompañan mientras miran con ojos interesados a los juglares pícaros, que tocan sus laúdes y relatan hechos prodigiosos de otros pueblos, de otras eras, de otros héroes lejanos que tal vez hayan combatido contra magos y dragones.
  Y es más, les digo, sigamos soñando. Soñemos que todo ese mundo viene a nosotros, en una noche de poesía perfecta. Imaginemos que, atravesando las eras, un juglar llegara a nosotros para traernos la magia de aquel entonces, de tiempos de espadas y de copas, de estrofas y picardía, porque habrá romances y romances, ambos dos. Y si eso sucede, si ese juglar llega a nosotros, algo mágico sucederá. Y daremos gracias a Dios por participar de ese auténtico milagro. Canta el juglar, llega el poeta. La magia no se ha perdido.
  Así lo hemos sentido los que asistimos a este espectáculo que nos ha maravillado, y que con la actuación y el canto de Hugo Ponce nos ha traído la poesía y el canto de lo más precioso del espíritu poético español, en la voz de lo más granado de sus poetas. Y que nos muestre que el tiempo no existe, cuando podemos disfrutar del Arcipreste de Hita (nacido en 1284 y fallecido en 1351) hasta Rafael Alberti (1902-1999).
  Como diría Manrique, “cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte, tan callando”. Pero el tiempo y la muerte no existen. Nada muere si permanece vivo en el cuerpo y en la voz de un juglar, de un cantante, de un poeta que recorre los caminos y llega hasta nosotros. Y por un proceso alquímico, un extraño fenómeno sucede: un solo cuerpo, una sola voz, albergan tanto poema, tanto canto, tanto sentimiento por decir. Tantas palabras de tantos siglos, que el espíritu humano guarda en su corazón. Magia de magias, un unipersonal de la altura de “A Galopar” reúne todas las palabras, aprieta en una sola mano todos los sentimientos.
  Y mientras el juglar camina, dirá, como es costumbre en las tierras de España, dichos que son los compañeros del que anda sus senderos. “Con pan y vino se anda el camino”, nos va contando, y cuando se salva de las iras de su señor, “Cuchillo en vaina, furia que amaina”. Salvado el juglar por muy poquito, puede comer y beber, que el camino es largo y la vida está para disfrutarla. “El buen vino alegra el ojo y limpia el diente y sana el vientre”, dice. Y como buen español, amante de las mesas rebosantes de manjares, nos recuerda que “Tripa vacía, corazón sin alegría”. España viene a nosotros así, de la mano de su rico lenguaje y de sus refranes llenos de sabiduría de vida y consejo, que si al pueblo no le sobraron nunca libros, jamás le faltó poesía en sus dichos y en su diario vivir. Y a ponerse nuevamente al camino, que “Quien no se aventura, no pasa la mar”.
  Hugo Ponce, integrante del Coro Estable del Teatro Argentino de La Plata, recorre los caminos de España, los caminos de polvo y sol y calor que van llevando de pueblo en pueblo. Se inicia la magia, llega el juglar. Habrá poemas del Arcipreste de Hita, como ya dijimos, de Samaniego, de San Juan de la Cruz. De su mano, de la mano de ese juglar, vendrán Quevedo, García Lorca, Cernuda, Blas de Otero. Detrás,  y con ganas de cantar lo suyo, Goytisolo, Miguel Hernández, Celaya, Alberti. Y León Felipe, que no quiere faltar.
  Y se necesitarán muchos conjuros para sostenerse frente a la terrible Guerra Civil. Andará Antonio Machado con una valija llena de recuerdos hermosos, porque al fin, nuestra vida entra en un bolso pequeño. O quizá nos sirva llevar todo en un atadito apretado y también  pequeño, que en un pequeño espacio entra un corazón, y si la marcha es liviana, nos ayudará a viajar. O a escapar. O a morir. Que morir no se muere si queda viva la poesía y quien la cante.
  Felicitamos, entonces, a Hugo Ponce en canto y actuación, en este viaje llamado “A Galopar”, que cuenta con la dirección de Humberto Lío, la Asistencia Técnica de Ana Ruhl, la realización del vestuario de época de Alejandra Galván y a Florencia Negrete en la del calzado y accesorios de época. Ningún detalle quedó fuera, desde la ropa de nuestro jugar, con su capa y sus zapatos de piel, hasta la hermosa escenografía del salón del poeta que escapa de la Guerra Civil, con sus mesas, sus carpetas tejidas, sus recuerdos. Todo está en su sitio, nada falta. La poesía puede moverse a sus anchas sobre las tablas.
  Un pase mágico final, las luces se apagan, el sueño terminó. Pero sólo por ahora. Pronto volverá, y mientras vuelva, el espíritu del ser humano seguirá recorriendo los siglos, a pesar de la guerra, a pesar de la locura, a pesar de la muerte, que no son más que las excusas que se inventaron para acabar con él. Hasta ahora, a los inventores de males no les va dando resultado. Seguimos soñando. Sigan cantando los poetas. Sigan caminando los juglares. En buena hora.
  La Vida, que es poesía, sigue abriéndose paso. Los inventores de desgracias no han podido con ella, con ninguna de las dos. Bienvenido este espectáculo de Hugo Ponce, que recita como juglar, que recuerda y escribe como Machado, que nos hizo reír y nos hizo emocionar, sólo él con su voz, sólo él con su actuación, en un espectáculo excelente. ¡Quién pudiera tenerlo cerca cuando damos clase de Literatura, cuando enseñamos versificación, cuando contamos las sílabas del poema! Porque si el poema no está vivo, ¿por qué y para qué contaríamos sus sílabas, si la poesía queda presa en el papel y sólo vive para ser contada con los dedos y ver solamente si la rima es consonante y asonante?
  La poesía de Hugo Ponce vive y está viva. Y quedó latiendo en nosotros.
  Que vuelva pronto, galopando, que no hay tiempo que perder.
HUGO PONCE es integrante del Coro Estable de La Plata. Como tenor solista y cantante de cámara se ha presentado en distintas salas del país y del extranjero. Formó parte de los grupos de música antigua “Los Festinantes” y “Los Ministriles” de Buenos Aires.
Fue integrante de coros profesionales como el Conjunto Vocal de Cámara de la Municipalidad de Quilmes y el Coro Polifónico Nacional. Estudió teatro con los profesores Jorge Lira, Mario Camarano y Rubén Pires. Desarrolla su actividad docente brindando clases de canto y talleres de técnica vocal en Buenos Aires y otras ciudades del país. Como cantautor, ha editado su disco “Quiera la mar…” con artistas invitados de la talla de Rafael Amor y Julio Lacarra. La presentación de este trabajo le valió la nominación al premio Estrella de Mar 2009.

Fotos: "Algo Especial Protagonista del Presente"
Imágenes de Juglares y Trovadores: Blog de La Música en la Historia.
http://lamsicaenlahistoria.blogspot.com.ar/2011/10/trovadores-y-juglares.html
Foto de la multitud de españoles que cruzan la frontera hacia Francia en 1939, y que se exilian, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/exiliados-y-emigrados-19391999--0/html/ffdf03e4-82b1-11df-acc7-002185ce6064_7.html
Fotos de "A Galopar" en facebook, cortesía de Hugo Ponce
https://www.facebook.com/pages/A-galopar/200298980070585?ref=ts&fref=ts

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