Teatro para todos

El humor es cosa de reyes 
por Adriana Sylvia Narvaja
para   "Algo Especial Protagonista del Presente" 
Aprovechen este fin de semana para ver la maravillosa obra de Alberto Peyrou y Diego Santillán, “Jaque a la Reina” en la Casa de Arte Doña Rosa. La cita es este sábado y domingo, en una conjugación de humor e ironía que también nos ayuda a pensar. Una obra cuyo mensaje nunca pierde actualidad, entre los manejos del poder y los reclamos del amor. Y la gran pregunta: el amor ¿es más fuerte?
         Volveremos a ver este fin de semana la presentación de la excepcional obra “Jaque a la Reina”, en la Casa de Arte Doña Rosa, el sábado a las 21 y domingo a las 20, una  obra espléndida, bien representada, con ritmo y actuaciones imperdibles. La cita es, como ya saben, en Colón 279 de Quilmes Centro, y es una verdadera pena dejar pasar esta ocasión de reír y reflexionar sobre el poder y sus circunstancias.
Y son estas circunstancias las que los directores Alberto Peyrou y Diego Santillán analizan mientras nos van contando una trama que quién sabe si no encontraremos, si buscamos, en cualquier libro de Historia donde se habla de Monarquías. En este caso, es el reino de Caducia el que está en juego. Su rey, Rebeco Vigésimonono, está casado con la reina Livia, con la que no tiene descendencia. Él, algo grande ya, tiene bastantes dificultades a la vista para llevar con soltura la administración de su reino. Ella, joven y hermosa, vive una vida supuestamente “ideal”, alejada de las realidades de una vida que las aldeanas llevan de otras maneras, más duras, más pobres, pero más “verdaderas”. Hasta aquí, los libros de Historia Mundial nos darán más de un ejemplo con sus conocidas intrigas palaciegas y manejos ocultos del poder.
Pues bien. Como toda monarquía, se ve cuestionada por el pueblo, quien intenta derrocar a Rebeco impulsado por su propio primo Tristán. Frente a la inacción del rey, el Primer Ministro, sagaz titiritero del poder en las sombras, organiza una solución, que pone en jaque a la propia reina. El resultado no lo contaremos, pero sí diremos que el amor, como siempre, se interpone en los planes del Primer Ministro Azor, y todo el reino pende de un hilo.
Las actuaciones, que se desarrollan en una escenografía ajustada y precisa, son excelentes. El rey Rebeco (recordemos que los “rebecos” son los caprinos de alta montaña, famosos por sus peleas de cuernos) está representado por el director de la obra, Juan Vitale, quien fuera entrevistado por “Alquimia del Planeta” el sábado 26 de junio del año pasado. Su señora reina, bella e impetuosa, está recreada por Belén Schmid. Por su parte, quien se lleva las palmas por su personaje reflexivo y dinámico, dispuesto a todo, claro está, para defender la monarquía, es Horacio Piazzardi, el Primer Ministro Azor. Luego está el “salvador”, el caballerizo Christian Carrizo, quien no diremos qué debe hacer para detener la Revolución en ciernes. Y ya no estará con nosotros quien durante tantos años ha desarrollado una importante labor en el ámbito de la educación del género teatral, Leopoldo Russo. En esta oportunidad, Rodolfo Cánepa será el Criado, y sabemos que será, como lo fue el querido Leopoldo,  muy creíble, muy preciso, muy atinado.
Y como dijimos, la obra, dirigida por Juan Vitale, se desarrolla alrededor del tema de los “cuernos”,
sobre los cuales el Primer Ministro Azor desarrolla toda una argumentación sumamente persuasiva. A grandes males, grandes remedios, es el tema y la solución de Azor, para culminar diciendo: “Esta reina y este peón son del  mismo material, marfil o carne, qué más da. Jugad tranquilo, que el tiempo todo lo puede”.
Otras reflexiones, poéticas en su forma, nos dejan pensando, como cuando el caballerizo dice, refiriéndose a los aldeanos: “de tanto no tener nada, ni palabras tenemos”. O cuando la reina quiere ser “plebeyamente feliz” y brinda “por el derrumbe estrepitoso de la monarquía”, mientras que se dice que “el chiste y la copla son las únicas armas que tienen los pueblos”, porque se burlan de Rebeco, un rey de gran corazón pero indeciso y, según sus propias palabras, “débil”.
“Todo se corrompe en el palacio”, asegura la monarquía, y sólo Dios sabe si se sostendrá en el poder.      Nosotros no contaremos el final. Sí diremos que la escenografía, como un tablero de ajedrez, tiene un piso similar a un tablero, tiene copas, candelabros, campanillas para llamar a los sirvientes y cortinas señoriales, y un teléfono antiguo por el que habla el Primer Ministro escuchando a su mujer contarle las desventuras de sus amorosas aventuras, que luego lo llevan a reflexiones desopilantes, como cuando dice “si tengo que promover a todos sus amantes, todos en el Ejército serían Generales”.  En la parte superior del escenario, un par de cuernos de un ciervo cazado, justamente allí donde el tema son los “cuernos”, y un escudo de la familia, muy gracioso, que reza una frase que nos llama a reír: “No recular jamás”. Bien por los Rebecos, aunque al Vigésimonono las cosas no le resultan nada fáciles.
En fin, “Algo Especial Protagonista del Presente” estará presente una vez más, y se enorgullece de recomendar esta obra para todos los públicos. Amena y divertida, sería una pena que se la perdieran.     Afortunadamente, queda un sábado y un domingo para reír y para disfrutar.
Y en el tema de reír y disfrutar, “Jaque a la Reina” cumplió con su promesa.
Jaque mate.
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