Ojos que son ojos del alma


        Dicen que un perro es como un niño pequeño, la misma mirada, la misma inocencia. Quizá. En este libro, “Los ojos del perro siberiano”, toda la bondad y el amor de un niño intentan ayudar a un hermano mayor, que ha contraído HIV. Una historia llena de sensibilidad y emoción. Un alegato contra la discriminación.
        La vida siempre nos tiene deparada alguna sorpresa, y más para los que damos clase de Lengua. Esa sorpresa viene muchas veces como un regalo de la vida, y en forma de libro. Así tuvimos la oportunidad de leer una novela verdaderamente sensible y hermosa, como es “Los ojos del perro siberiano” del autor  argentino Antonio Santa Ana.
        Plena de amor, es un verdadero alegato contra la discriminación. Muchos, muchos alumnos deberían leerlo, y muchos más lectores “grandes” deberían acercarse a él. De fácil y rápida lectura, es ágil y contundente. La historia es simple: el narrador tiene un hermano once años mayor, de nombre Ezequiel. La familia vive en el barrio de San Isidro, y al parecer, su situación económica es acomodada. Las reglas familiares son inflexibles, y la figura dominante es la del padre. Ezequiel es el hijo que todo lo que un padre puede desear… hasta que contrae el HIV. Hasta ese momento, todo parecía inmejorable. Luego, todo se derrumba.
        Así lo vive su hermano menor, que es quien cuenta la historia, y ve cómo la discriminación y el absurdo comienzan a rodear a su hermano enfermo. Y de allí el nombre de la novela, “Los ojos del perro siberiano”, que según su dueño Ezequiel, “ven nuestros secretos”. O mejor dicho, nos ven como somos verdaderamente, sin proyecciones propias tan típicas de los seres humanos. Sacha, el perro, veía a su dueño tal cual era, veía su corazón.
       Su hermano menor también lo ve así, pero no todo será simple en esta dulce historia, cuyo final no contaremos, pero sí recomendamos. Dios quiera que más gente lo lea y comprenda qué absurda es la discriminación del que sufre, cuánto nos falta para avanzar en la compasión y en la solidaridad con los problemas del otro. Cuánto se puede aprender  de una situación, y qué lástima que sólo aprendamos desde el dolor, sólo a través del dolor. Triste realidad del ser humano que no puede aprender en la alegría, sino sólo en la pérdida y el dolor.
        Hermosa parábola contra la discriminación, “Los ojos del perro siberiano” nos ha conmovido. Y nos demuestra que la literatura está más viva que nunca. Que puede contar una historia y conmovernos. Que sigue latiendo bajo las tapas la esperanza de cambiar las cosas. Y de hacer de este mundo, un mundo mejor.

Escuchen aquí la versión de Yo-Ma-Ma de la Sonata Nº1 para Cello que el protagonista escucha gracias a su hermano:
https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=PCicM6i59_I#t=19

Biografía de Antonio Santa Ana*
Antonio Santa Ana (Ciudad de Buenos Aires, 1963) es un escritor argentino, conocido principalmente por sus dos novelas Los ojos del perro siberiano (1998) y Nunca seré un superhéroe (2000). Trabajó en la organización de la Feria del Libro de Buenos Aires durante 10 años, después de unos años en Libros del Quirquincho y, desde fines de 1982, en el grupo editorial Norma. El primer libro se le ocurrió cuando le preguntó a su abuela como cocinaba. Ahí pensó en la historia desde el punto de vista de una persona con talento de cocinero. Demostró también que los finales no siempre son felices.

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